La Cuaresma siempre llega como un tiempo especial: cuarenta días para parar, mirar dentro de nosotros y acercarnos más a Dios. Es un camino que nos invita a cambiar, a dejar lo que nos aleja de Él y prepararnos con alegría para la gran fiesta de la Pascua. Este año, el Papa Francisco nos anima a no vivir la fe como algo rutinario, sino como un camino que hacemos juntos, saliendo de lo cómodo y dejando que Dios renueve nuestro corazón.
En nuestra parroquia, como ya es tradición, también nos prepararemos espiritualmente con las tres devociones que marcan los últimos días antes de la Semana Santa.
Empezaremos con la novena a San Francisco Javier, un modelo de fe valiente y entregada. Luego rezaremos la novena al Cristo de la Misericordia, en la que ponemos ante el Señor nuestras heridas, confiando en su amor que todo lo sana. Y por último, el septenario a la Virgen de los Dolores, que nos acompañará en la recta final, hasta el Viernes de Dolores, caminando con María en su dolor silencioso pero lleno de esperanza.
Pidamos a Dios que estos días nos preparen para la Semana Santa ya cercana. Que sepamos vivir con más fe, más alegría y más confianza en el Señor resucitado.